ASA Lay Language Papers

2nd Pan-American/Iberian Meeting on Acoustics


Bell Stone at Xolotl Hill

 

 

Sergio Beristain - sberista@hotmail.com

E.S.I.M.E., IPN, IMA,

 

Francisco Rivas Castro - oceloayotl@yahoo.com.mx

INHA

 

Roberto Velazquez Cabrera - rvelaz.geo@yahoo.com

 

Popular version of paper 3pAA6

Presented Wednesday afternoon, November 17

2nd Pan-American/Iberian Meeting on Acoustics

 

 

Resumen

Este trabajo es acerca de una Piedra Campana, ubicada en medio del antiguo cerro Xolotl, que es conocido como la primera ciudad capital Xolotl Chichimeca, por el año 1200 DC. Esta pequeña colina está cerca del pueblo Lucas Xolos en el municipio de Tizayuca, Hgo. México.Se sabe que estas rocas basálticas tienen algún trabajo cultural, que se observa expresado en el concepto arqueológico de ‘pocitas’. La gente de la zona cuenta historias relacionadas con estas rocas al llamarlas ‘piedras que suenan como campanas’, al ser percutidas con otra roca, dentro de la ‘pocita’. Este es un ejemplo de ese tipo de piedras que se mencionan en algunas referencias de otros sitios arqueológicos de Mesoamerica.

 

Introduction

Los chichimecas de Xolotl en la cuenca de México

Para la época de los chichimecas de Xolotl (1200 d.C.), parece existir un reacomodo de población en áreas poco habitadas por reductos de población con tradición tolteca. Esta información está ampliamente documentada por Ixtlilxochitl y Torquemada, y también se encuentra representada en el Códice Xolotl. Si se analiza de manera crítica la historia de Ixtlilxochitl, quién tuvo seguramente en sus manos el Códice Xolotl , en ella se puede ver cómo quiso exaltar los linajes y la importancia política de Texcoco y también del territorio que consigna en su historia.

 

Para la aclaración de la presencia chichimeca en el norte y noroeste de la Cuenca de México, se han confrontado los datos arqueológicos y los históricos de Ixtlilxochitl y Torquemada, tratando de ubicar los sitios mencionados en los códices en la geografía, principalmente en la porción norcentro, noroeste y el occidente de la Cuenca de México. Esto se complementó con un recorrido,  identificando el Cerro Xoloc de la región de Tizayuca, Hidalgo, primera capital de Xolotl en la cuenca de México.

 

En el Códice Xolotl se pintaron los lugares más importantes del señorío chichimeca, establecido hacia 1220 d.C., en pleno dominio otomí. Otro dato de importancia  fue la identificación de los topónimos de la región que se encuentran en la primera página del Códice. Hacia el oeste, se localizan las lagunas de Ecatepec (San Cristobal) y Xaltocan que rodea a la isla artificial.

Hacia el norte estaban los lagos de Zumpango y Xaltocan, que por su altura topográfica formaban un tercer lago, el de San Cristobal Ecatepec, que era salobre. Este complejo lacustre se nutrió de manantiales, lo que permitía su uso para irrigación en varios lugares para la agricultura de riego (Hicks 1994: 71, mapa.

 

El lago de Texcoco fue el más grande, bajo y salado, excepto en torno a Tlatelolco y Tenochtitlan. Con la construcción del albarradón, que controlaba las inundaciones y posiblemente su salinidad en la periferia de las dos ciudades, se transformó en un lago rico en recursos. El lago de Zumpango recibía agua fresca permanente del río Cuauhtitlan. Su cauce natural fue desviado hacia al norte, entrando al lago cerca del Cerro Citlaltepetl, lo cual pudo permitir que el agua fuera aprovechada para chinampas. Estas obras se realizaron en el año de 1435 d.C. (Anales de Cuauhtitlan, 1995). El lago de Xaltocan se alimentaba de las avenidas de la sierra de Pachuca. El lago de Zumpango se sustentaba de los manantiales de Ozumbilla, localizados en la vertiente noroeste del Cerro Chiconautla. El agua en la mayoría de estos lagos era semisalobre. Todavía en 1539 se practicaba la agricultura chinampera en torno a Xaltocan y sus pueblos sujetos: Tonanitla, Nextlalpan y Atenco. El lago de Ecatepec fue realmente somero, tomaba la forma de un pequeño cuerpo acuoso, sólo aumentaba su volumen cuando se elevaba el nivel de los lagos de Zumpango y Xaltocan. En tiempos coloniales tempranos se edificó un albarradón (que tenía  antecedentes prehispánicos), que unía a Ecatepec con las laderas del Cerro Chiconauhtla en dirección oeste-este, los restos coloniales de este albarradón aún existen.

Los tres lagos formaron un solo cuerpo de agua que fueron el principal medio de transporte. Strauss y Niederberger, citan una orden del Virrey Mendoza de 1542, donde se pedía “reabrir ciertos caminos  y canales de agua”, que en tiempos prehispánicos conectaban el lago de Xaltocan con el de Zumpango,  el lago de Texcoco y la ciudad de México, a través del transporte por canoa.

 

El cerro Xolotl de la región de Tizayuca, Hidalgo, primer capital de Xolotl. Datos arqueológicos y  paisaje.

 

Al recorrer el cerro Xolotl, constaté que se trata de una pequeña eminencia que apenas rebasa los 2350 msnm., lo que representa una pequeña colina, sobre los 2240 msnm del valle de Mexico. Por su posición estratégica tiene una vista que abarca el lecho del lago de Xaltocan-Zumpango, al poniente, donde también se ven las sierras que limitan con el asentamiento de Tula. También se percibe el cerro Jicuco, elemento topográfico relevante del paisaje circundante del asentamiento tolteca. Hacia el oriente se localiza la sierra que delimita el valle de Teotihuacán en su porción oriental. En esa dirección se observa claramente el cerro  Gordo, antiguamente llamado Atonan (nuestra madre del agua), que se ubica al norte de Teotihuacan. El cerro está ubicado en las coordenadas 19º 47’ 17” Latitud Norte y 98º 59’ 61” Longitud Oeste.

Foto-Xolotl 

 

Figura 1. Foto aérea que muestra el Cerro Xoloc, Tizayuca, Hidalgo. Tomada de Mexicana de Aerofoto 1997.

 

En la porción norte del cerro Xoloc se observa la Sierra de Guadalupe donde incluso se logra ver el cerro Ecatepec (hoy llamado de la Cruz), lugar donde se construyó un adoratorio a Huitzilopochtli, según se representa en el Códice Azcatitlan (1997:27). (Templo de Huitzilopochtli). Hacia el sur se puede observar la sierra de Pachuca incluyendo el cerro de Teoloyuca, lugar que tiene un importante sitio ceremonial con calzada de acceso a diversos niveles que contiene plazas, y montículos habitacionales en su porción más alta (Sánchez Vázquez 1996).

 

La ubicación estratégica del cerro Xoloc comprueba el por qué lo eligió Xolotl para establecer en él su primera capital. El cerro Xoloc tiene terrazas prehispánicas en su porción sur. En la cima del cerro no existe ningún montículo prehispánico, pero sí grandes plazas, circundadas por bardas de piedra y tierra, que dan una sensación de ser espacios delimitados para actividades colectivas.

 

Es importante mencionar que al centro de la cima del cerro se ubica un afloramiento de piedra andesíta, en el cual se localizan algunos elementos culturales, se trata de las llamadas "piedras campana" que tienen perforaciones culturales y que aún conservan un canto rodado para propiciar sonido al friccionarlas (Sánchez Vázquez, comunicación personal y guía al cerro, febrero de 1999). Estos elementos denotan un uso ritual de la piedra. En el sitio no se observaron petrograbados, pintura rupestre o piedra trabajada.

 

El sitio arqueológico del cerro Xoloc tiene gran cantidad de cerámica, la cual se localiza en áreas aledañas a las terrazas de cultivo. Esos materiales tienen una temporalidad relativa que data de la época Ticomán (300 a.C.), Teotihuacan lll (Cerámica Naranja Delgado) y Coyotlatelco (750-950), que se encuentran mezcladas con cerámicas locales que recuerdan los tipos de rojo sobre el color natural del barro, tan ampliamente distribuidos en la región de occidente de Mesoamérica y en las recuperadas en excavaciones de los abrigos rocosos de Zimapán (Mogel y Sánchez Correa 1997). Es notable la ausencia de cerámica del tipo Azteca, sin embargo, existe presencia de cerámica rojo Texcoco. Toda esta cerámica fue observada in situ, sin recolectar. El sitio debe ser investigado y excavado de manera sistemática, pues el saqueo ha deteriorado los contextos y se están perdiendo los datos arqueológicos.

 

Por las características enunciadas anteriormente, el cerro Xoloc representado en la plancha 2 del Códice Xolotl, y descrito ampliamente por Ixtlilxochitl, fue un sitio estratégico para la observación del territorio circundante. La gran diversidad de tipos cerámicos procedentes de diferentes momentos históricos, denota una ocupación constante y densa desde el Preclásico Tardío, el Clásico Medio, el  Epiclásico y el Posclásico Temprano. En esta última época llegó Xolotl al lugar. Es evidente que se trata de un asentamiento que forma parte de un corredor geográfico natural, ubicado entre el valle de Teotihuacan y la periferia del complejo lacustre de Xaltocan-Zumpango y la Cuenca de Tula. Es de interés anotar que no existe en superficie presencia de cerámica Azteca, aunque el cerro Xoloc se encuentra cerca de lo que las fuentes históricas establecen como la ruta de la migración mexica hacia la Cuenca de México. El sitio no tiene cerámica del momento mexica.

 

Otro elemento de gran importancia lo constituye el hecho de que Xolotl, líder de los chichimecas del siglo Xll, estableciera su primer capital al noroeste de la Cuenca de México. Precisamente en un punto estratégico, donde podía controlar los recursos de su entorno, incluyendo las principales bajadas de agua que confluían en el sistema hidráulico que provenía de las llamadas bajadas de la sierra de Pachuca, donde también existió una obra de represa de agua que aparece en la cartografía colonial con el nombre de "Represa del Rey". Lo cual sugiere el por qué de la estrategia de Xolotl al ubicarse en los principales macizos montañosos o cerros donde dominaban las bajadas de los ríos y las laderas lacustres de los lagos como el del complejo Xaltocan-Zumpango y el de Ecatepec-Chiconauhtla, elementos importantes de potencial hidráulico y de comunicación, que datan del periodo tolteca (Bohem de Lameiras 1997:260).

En este momento el centro de poder lo constituyó el complejo topográfico de los cerros Xoloc-Amaqueme, lugar ocupado por el más antiguo señorío otomí de Xaltocan-Meztitlan-Otompan. Compartía el territorio del noroeste de la Cuenca de México con el señorío tolteca-chichimeca más temprano de Cuauhtitlan-Tepotzotlan, instaurado hacia el año de 804 d.C., según los Anales de Cuauhtitlan (1991). Xaltocan fue un importante señorío otomí, sujeto al estado tolteca, que a la caída de la capital adquirió gobernantes de los reductos toltecas de la cuenca de México. Posteriormente cayó en manos de Xolotl hacia 1260 d.C.

 

El complejo lacustre de Xaltocan-Zumpango compartía topónimos similares con el señorío de Chalco-Xochimilco. Entre ellos se puede nombrar la presencia del cerro llamado Amaqueme, que también existía en la región de Amaquemecan. Entre ambos lugares, existe además, semejanza en tecnología agrícola, ya que en los lagos del noroeste existían chinampas  dentro del lago semi-salobre de Xaltocan y Zumpango.

 

 Los asentamientos del sur de la cuenca de México también pudieron representar la contraparte ecológica de la Teotlalpan, tierra fragosa, poblada de plantas xerofitas, tales como mezquites, cardos, izotes y arbustos espinosos. Su contraparte sureña fue la tierra con chinampas alimentadas con agua dulce, ricas en cultivo de legumbres, maíz y flores. Lo cual sugiere en cierta forma la manera cómo se estableció el territorio en época de Xolotl, y recuerda la narración de su instauración hacia los cuatro rumbos cardinales de la cuenca y fuera de ella.

Los sustratos de tradición chichimeca tienen de esta manera una filiación clara con elementos comunes a la tradición mesoamericana, pues aunque los cronistas y algunos tlacuilos representaron a los chichimecas como bárbaros, los datos arqueológicos parecen indicar que no se trataba de pueblos atrasados, sino más bien de pueblos que estaban conviviendo con agricultores sedentarios desde épocas muy antiguas, probablemente desde el Preclásico Terminal la tradición de Ticoman, que habitaban en cerros en el noroeste y occidente de la cuenca de México.

 

Las estrategias chichimecas para el establecimiento de su territorio después de la caída de Tula,  reflejan el conocimiento y manejo de los recursos lacustres y de las bajadas de los ríos caudalosos, que servían para sustentar su economía basada más en la agricultura que en la caza-pesca-recolección.

 

Otra característica que siempre se resalta en las fuentes históricas y en los códices con representaciones de la imagen chichimeca, es su actividad guerrera. Este  elemento que pudo ser aprovechado por los estados dominantes desde Teotihuacan. Ver figura siguiente.

 

Xolotl en el cerro Xoloc

Figura 2. Parte del Códice Xolot

 

Las Piedras

En el País existe una gran variedad de piedras denominadas ‘campanas’, las cuales producen también variedad de sonidos con la evidente presencia de tonos puros acompañando al ruido de banda ancha ocasionado por la percusión de dos rocas, muchos de ellos la gente los juzga como muy parecidos al que producen las campanas metálicas, de ahí su popular nombre y uso en ciertas comunidades, que data de varios siglos. Este sonido característico lo presentan aun aquellas que están sólidamente descansando en un cerro, o sea que no necesitan estar colgadas como las tradicionales campanas de las que toman su nombre, además de que su forma suele ser totalmente irregular, así como su consistencia y porosidad. En varios sitios del país se han encontrado piedras, que siendo del mismo material de las que le rodean, producen estos interesantes sonidos, mientras que la mayoría de las ahí encontradas no tienen un sonido especial. Esto podría implicar que las piedras que así suenan pudieran tener algunos componentes que las otras no poseen, o que las concentraciones de algunos de sus componentes sean diferentes, pero esto aun no ha sido estudiado, quizá en parte porque se pretende preservar lo más posible estas reliquias.

 

Las figuras siguientes son tres fotografías de la misma piedra que se busco específicamente para este trabajo por ser estar ubicada en un sitio relevante desde el punto de vista arqueológico, y por haber sido estudiada desde ese punto de vista con anterioridad, mientras que la cuarta es una fotografía de otra roca con las mismas características, por contar con ‘pocitas’ y sonidos similares a la percusión, pero localizada a mas de 200 km. Del cerro Xolotl. En estas figuras se pueden ver las piedras campana, entre las que destaca la que se presenta en este estudio, y puede apreciarse su enorme falta de homogeneidad, representada por multiples poros de diversos tamaños. La tradición de boca en boca aun dice que se empleaba en ocasiones para dar señales de alarma. Se puede interpretar que las ‘pocitas’ fueron hechas por la frecuente fricción e impacto del percutor.

 

Piedra Campana

 

 

 

 

Figura 3. a) fotografía antigua de la piedra estudiada, tomada por el arqueólogo Francisco Rivas Castro durante la elaboración de su Tesis en 1996. b) Un extremo de la ‘Piedra Campana con una ‘pocita’ tallada, la piedra rodada con la que se percute y hace la ‘pocita’, y una moneda para referencia de tamaño. En ambas se observa la piedra de canto rodado con que se percute.

 

100_2264

 

100_2266     Piedra Campana 1

Figura 4.  a) Piedra estudiad con canto rodado en el interior de la ‘pocita’ de la piedra campana (esta piedra ha estado ahí por décadas. b) Piedra campana con ‘pocitas’, hallada en otro sitio arqueológico.

 

Los sonidos

Una vez localizada la roca, proposito fundamental del presente estudio, en el extremo de una Plaza, que posiblemente se empleó para realizar algunas ceremonias. Esta plaza de forma rectangular, sin más marcas que los elementos naturales que la rodean, parece haber sido limpiada y aplanada a proposito, aunque en la actualidad esta llena de hierba de clases diversas, además de que en el cerro se observa gran cantidad de pedaceria de alfarería de distints clases y que arqueologicamente se consideran de varias culturas desarrolladas en la zona. Varias piedras fueron percutidas, escuchadas, grabadas y analizadas, con el fin de determinar la presencia o no de tonos bien definidos, o por lo menos de sonidos similares a los de una campana, de tal manera que se pudiera justificar el nombre que la tradición les ha dado. La Figura 5 muestra los espectros de dos piedras campana ubicadas en el cerro Xolotl, en el perímetro de la plaza, ambas producen un sonido en donde se percibe un caracter tonal, aunque su duración es muy breve, y en ambas pueden observarse algunos tonos que ligeramente destacan sobre el ruido de fondo del propio impacto entre el percutor y la roca.

 

PiedraCampanaSpec  PiedraCampanaSpec3

 

Figura 5. Espectros de dos piedras campana con sonido muy breve , pero que se percibe con cierta similitud al de una campana. Ambas rocas son basálticas.

 

A continuacion se presentan dos espectros de otras piedras pertenecientes a un cerro cercano al Xolotl, estas rocas, a diferencia del color gris obscuro correspondiente al basalto, son de color rosado y cuentan con una apariencia mucho mas consistente y uniforme, pero ambas son del mismo material, de hecho son trozos de la misma cantera, ya que el cerro se emplea para cortar piedras para la construcción. La diferencia principal, ademas de que se trata de piedras de tipo diferente, es la evidente porosidad de las mismas. La roca basáltica es bastante porosa, mientras que la piedra de color rosado se observa sumamente compacta. La primera no tiene un sonido particular, mientras que la segunda muestra ademas de un sonido caracteristico, un espectro con tonos aun mas definidos que la piedra de las ‘pocitas’.

PiedraCampana4Test.jpg

 

Figura 6. Espectro de una roca rosada sin sonido particular.

 

PiedraCampana2Test.jpg

 

Figura 7. Espectro de otra piedra rosada, que presenta un sonido parecido al de una campana, y se observan unas diez resonancias no armónicas entre sí, cuatro de las cuales con gran sonoridad. Una campana típica suele tener cinco frecuencias claramente definidas en el lado bajo del espectro.

 

Conclusiones

Las piedras campanas existen y muestran variedad de sonidos en los que destaca la presencia de tonos.

 

Falta mucho por estudiar para establecer cuál puede ser el origen de estos sonidos característicos en piedras y rocas, lo que se ha visto que no depende de su forma, o sea que debe ser debido a su constitución.

 

Bibliography

Rivas, Castro, Francisco. El Paisaje Ritual del Occidente de la Cuenca de México, Siglos XVI y XVII: Un Análisis Interdisciplinario. Tesis doctoral. ENAH, 2006, México.