Ritual y Ruido en la Sociedad
Contemporánea
Roberto Rebolloso - rfrebolloso@gmail.com
Sociology Faculty. Philosophy and Language Arts School.
Universidad Autónoma
de Nuevo León.
Fernando J. Elizondo-Garza - fjelizon@hotmail.com
Acoustics Laboratory. Mechanical and Electrical Engineering School. Universidad Autónoma de Nuevo León
P.O.Box28 “F” Cd. Universitaria, San Nicolás,
66450, N.L., México
Tel.+ 52 81 83294020 Ext. 5854.
Popular version of paper 4aNSb1
Presented Thursday morning, November 18
2nd Pan-American/Iberian Meeting on Acoustics, Cancun, Mexico
Los ritos son intrínsecos y necesarios a los hombres. Provienen
de su naturaleza y han devenido
en organizaciones sociales masivas
y formales planeadas con diferentes fines que van desde la
simple solidaridad social hasta
el lucro.
El ruido ha sido definido
de diferentes maneras,
principalmente como un sonido:
intenso, molesto, dañino, aleatorio o
interferente, mientras que ritual se define como una serie de acciones, realizadas principalmente por su valor simbólico,
que es prescrita
por una religión o por las
tradiciones de una comunidad.
Un aspecto importante de los rituales
son sus funciones, y hay
que separar las que se relacionan
con los organizadores, de las que tiene
para el seguidor.
El ritual se puede valer de un amplio rango de elementos o herramientas para su realización
como pueden ser: ofrendas, oración, sacrificios, autosacrificios, posesión,
visión, danza, cantos, gritos, música, procesiones, combates, etc. E incluso, desde las épocas más primitivas, para potenciar
las percepciones, y así
aumentar la comunión
y la predisposición a la aceptación,
se han valido de substancias
químicas: alimentos estimulantes, alcohol, drogas, etc.
Es indiscutible que los ritos han sido desarrollados por los humanos desde sus estadios más primitivos hasta la actualidad, pasando por sus formas de rito tribal, religioso, político, deportivo o simplemente de negocio de entretenimiento, quedando su realización bajo el
control de organizaciones, lideres
o empresarios cuyos fines
no siempre resultan claros o positivos y cuyos intereses pueden ser o no ser reconocidos conscientemente por parte de los
participantes.
Para que se logre la inmersión total
de los participantes en el ritual es importante el
control sensorial de los participantes, esto es la generación de acciones o condiciones que activen todos los sentidos en las personas, estimulándolos: visual, auditiva, táctil, olfativa y gustativamente, aislándolos
así de su cotidianidad.
En la dimensión auditiva,
los sonidos desde las épocas primitivas forman parte importante de los ritos,
y dentro de ellos los ruidos tienen un lugar muy especial.
La generación de ruidos se ha expandido
en forma alarmante debido al desarrollo
de una sociedad de consumo, la cual ha encontrado en el infoentretenimiento
una de sus herramientas
principales de evasión y obtención
de placer.
En esta conferencia se abordarán primeramente las
definiciones de ruido y rito, se analizaran etnográficamente los ritos
a lo largo de la historia, para reconocer
sus funciones, características
y fines, para discutir por último las funciones del ruido en los actos rituales de la vida cotidiana.
En este sentido quisiéramos
destacar la visión antropológica de Marcel Mauss
quien había señalado como principio
base el factor “reciprocidad”, un elemento que
describe ampliamente en su libro clásico
El don, en el que reconoce el
intercambio, o más exactamente
la comunicación de los
bienes y la prestación
de los servicios sin una contrapartida directa o inmediatamente observable, como una forma general de comunicación social: “La cosa entregada no es inerte, sigue teniendo algo de él; mediante ella el donador tiene un poder sobre el
beneficiario…”.
En las sociedades simples se intercambian bienes de manera natural, constituyéndolo en una forma primaria como es el
caso del Circulo Kula donde
cada miembro entrega un objeto a otro miembro
que va circulando hasta regresar hasta su punto de origen, o el Potlash, un sistema de intercambio que
ayuda a la tribu a mantenerse organizada por niveles jerárquicos y sociedades secretas en base al
intercambio de bienes. En el
fondo el Potlash es una red de ritos
con reglas e ideas. A
partir de ese concepto Levi
Strauss elabora toda su teoría
del intercambio, que posteriormente explica con el método estructural (oposiciones binarias).
Paralelo a este concepto, Van Gennep introduce la siguiente definición de ritos de pasaje: Customs associated with the transition from one place or stage of life to another, which are found through out the world. (Van Gennep citado por Kottak [8]), los cuales tienen las siguientes características:
Incluyen un orden litúrgico (secuencias de palabras en acción
inventadas previamente al ritual en que se usan).
Son actos sociales.
Las sociedades, no importando su nivel
de evolución, han desarrollado
un lenguaje ligado a su estructura de organización,
conocidos como ritos. Cada sociedad construye sus ritos
en función del ciclo vital:
nacimiento, adolescencia,
matrimonio y muerte, así
como otros ritos por acontecimientos extraordinarios: guerras, desastres, etc. Estos ritos significan una forma de
intercambio o una manera de reciprocidad
a veces hasta violenta,
pero en la que todos colaboran para un mismo fin: sobrevivir y darle sentido a la comunidad. De esta manera a través de los ritos se construye
la identidad según las describen distintos
antropólogos, de tal manera
que se puede reconstruir una sociedad en base
a las distintas formas rituales. De hecho muchas
de las etnografías son escritas
en base a la observación de los ritos, por ejemplo
los rescatados por Fray Bernardino de Sahagún
en su Códice Florentino
.
Específicamente en cuanto al uso del ruido
en los actos rituales, estos se relacionan con varios esquemas funcionales, por lo que primeramente listaremos algunas de las funciones que
el ruido realiza para las personas. Entre éstas se puede mencionar su utilidad como: alarma, barrera
acústica, para llamar
la atención, mecanismo
de agresión, excitador
del sistema nervioso, compañía
virtual, desfogue de tensiones, generador de emociones, transición,
contraste, etc.
Otro aspecto importante es la generación social de un repertorio de códigos acústicos desarrollados a partir del teatro, pero principalmente por el cine mediante los cuales se dispone de un herramental
sonoro para transiciones, efectos
y preparación a cambios
de emociones, que son muy empleados en la actualidad y que incluye no sólo sonidos de gran nivel sonoro sino
ruidos con diferentes características espectrales.
Un aspecto de la sociedad
contemporánea consumista y adicta a la estimulación sensorial es que en cierto
sentido ha vuelto en cierto sentido al ruido en un rito en si. Esto es que, durante las noches de fin de semana y en los tiempos libres, miles de personas
salen en busca de ruido, esto en discotecas, bares, iglesias, eventos deportivos, etc.
Por otro lado, también
se ha dado un miedo social al vacío,
por lo que el silencio, para muchos, en lugar de algo deseable
se convierte en algo
angustiante y de lo que hay
que huir.
Finalmente, el desarrollo de la ciencia ha potenciado la capacidad humana de generar ruido, y en el
caso de los rituales, la tecnología se ha ido integrando al herramental conceptual e instrumental disponible para su realización.
Por desgracia el ruido
además de servir a los
humanos provoca efectos indeseables en las personas, los cuales
van desde daños auditivos por exceso de exposición a altos niveles de ruido, hasta molestias
por interferencia al sueño
de los vecinos de un
evento, lo cual puede ocurrir incluso con niveles sonoros relativamente bajos.
En la actualidad, en sociedades llenas de reglas, que parecen no frenar a los humanos, el
reenfocar y diseñar rituales que promuevan
la felicidad humana, con un
perfil de ética y sin riesgo, es una necesidad urgente de la sociedad.